BLANCO, ROJO, AZUL… UNA PSICóLOGA EXPLICA CóMO TU PERSONALIDAD SE REFLEJA EN EL COLOR DE COCHE QUE ELIJAS

En el momento de plantear la compra de un coche hay una serie de aspectos a tener en cuenta, desde el precio y las prestaciones hasta la motorización. El abanico de posibilidades que ofrecen los fabricantes es amplio y diverso, lo que convierte la elección en una tarea llena de consideraciones. Pero entre todas estas decisiones, a menudo se encuentra una que refleja la personalidad del comprador de una manera sorprendente: el color del coche.

Aunque pueda parecer un detalle superficial, la elección del color del vehículo puede tener un impacto significativo en cómo nos perciben los demás y cómo nos sentimos en conducirlo. “El color rojo se asocia a la idea de velocidad; el blanco, a la calma”, asegura Nuria Casanovas, experta en el uso de los colores en terapia y vicepresidenta de la Junta de Intervención Social del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya.

La psicóloga explica que los colores tienen el poder de despertar energías de distintos tipos, y que cada uno de ellos emite ondas cerebrales cuya velocidad influye en nuestra preferencia por ciertos colores. Esta preferencia puede estar relacionada con la búsqueda de una intención específica con el objeto, lo que nos lleva a sentirnos atraídos por ciertos colores sobre otros. “Los coches de color rojo se asocian con la energía del rojo, que representa la pasión y el dinamismo. Esta elección de color suele corresponderse con personas apasionadas de los automóviles, amantes de la velocidad y que desean destacar entre los demás. Quizá optan por este color porque perciben que, a nivel cerebral, les brinda una sensación de vitalidad y emoción”.

En general, los hombres tienden a preferir colores más llamativos y vibrantes, y las mujeres tonos más suaves y delicados

Las preferencias de color en la elección de un coche pueden variar según el sexo del comprador. Según estudios de psicología del color, se ha observado que, en general, los hombres tienden a preferir colores más llamativos y vibrantes, como el rojo, el azul o el negro, que reflejan su gusto por la potencia y la deportividad. Por otro lado, las mujeres suelen inclinarse hacia tonos más suaves y delicados, como el blanco, el plateado y el beige, asociados a la elegancia y sofisticación. Sin embargo, esta tendencia se está perdiendo por la homogenización de la paleta de colores que ofrecen los fabricantes. “Los grises y los blancos se están estandarizando, ya no hay tanto donde elegir”, apunta Nuria Casanovas.

“Los jóvenes suelen mostrar una preferencia por los colores azules y negros al elegir un coche. El color negro, en particular, se asocia con la elegancia, pero también con la búsqueda de identidad. Se percibe como una elección propia de personas en un proceso de autodescubrimiento, explorando quiénes son y qué desean en la vida”, añade la experta en el uso de colores.

Los coches de colores estridentes son poco habituales porque los usuarios temen cansarse pronto de un color llamativo

Aun considerando que las opciones cromáticas que ofrecen los fabricantes son más limitadas que en décadas anteriores, rara vez se encuentran vehículos en tonos tan llamativos como el amarillo, el naranja o el verde lima en las carreteras. “A veces, los compradores optan por colores estándar para evitar el costo adicional asociado a tonos más extravagantes. Esto es algo que muchos consideran al tomar una decisión. Pero también hay un aspecto psicológico involucrado. Algunas personas temen cansarse pronto de un color estridente para su coche y, por lo tanto, que no valga la pena para algo que planean mantener durante 5 o 10 años. Un color llamativo puede llegar a resultar fatigante. Esta percepción también puede estar relacionada con la necesidad ocasional de nuestro cerebro de estabilidad cromática, la cual puede evolucionar con el tiempo”.

En esta línea, Casanovas apunta que la elección del color de un objeto, como un coche, puede tener un impacto significativo en nuestra percepción y bienestar emocional. Por ejemplo, si nos encontramos en un periodo de alegría y vitalidad, el color amarillo puede ser muy apropiado, ya que representa la expresión y la vitalidad. Sin embargo, si posteriormente atravesamos un periodo de seriedad y tranquilidad, este mismo color puede generar una sensación de disonancia, ya que no se corresponde con nuestro estado emocional actual.

“La conciencia de las personas sobre su comodidad con los objetos que poseen está en aumento, lo que implica entender que un cambio de color puede influir en su bienestar. A diferencia de un armario, que puede ser reemplazado con relativa facilidad, cambiar de coche debido al cansancio del color puede resultar menos práctico y factible a corto plazo”, señala la psicóloga.

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Actualmente, identificar la personalidad de alguien a través del color de su coche no es tan sencillo como solía serlo en otras épocas. Como mencionábamos anteriormente, cada vez más usuarios optan por el color más económico al comprar un vehículo y, además, los fabricantes ofrecen una gama más limitada de opciones cromáticas. “Únicamente podríamos referirnos a las personas que tienen un coche de color poco usual, de esos colores que llaman la atención cuando los ves pasar. Estos coches sí que hablan de la personalidad de sus propietarios. Son personas que intentan sobrepasar la moda y tienen una personalidad muy concreta, muy auténtica. Les gusta destacarse más allá de las percepciones externas y las expectativas sociales”.

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