La colorimetría es una de las claves a la hora de vestir bien y los estilistas lo saben. Por eso, los que más saben tienen en cuenta siempre la armonía de color de cada persona antes de asesorarla sobre lo que más le conviene a la hora de vestir. Y es que un color acertado en el look puede elevar a lo más alto el resultado final.
Y es que la colorimetría se usa para saber qué colores nos favorecen más tanto en la ropa, como en el maquillaje o en el pelo. Es lo que se conoce como armonías de color. Hasta el punto de que esos colores "amigos" son capaces de disimular nuestras imperfecciones y realzar nuestros rasgos más favorecedores –y viceversa–.
Lo que ocurre es que llevar la teoría a la práctica es más complicado de lo que parece... Por un lado, encontramos la división básica entre armonías frías y cálidas: las primeras, las que derivan del azul; las segundas, las que vienen del rojo y el amarillo. Aunque siempre con matices que complican la clasificación. Para determinar qué armonía es la dominante se suele recurrir a trucos como el de las telas o el de las venas:
Y, por si fuera poco, hay quienes recurren a la Teoría de las estaciones, en la que hay cuatro gamas de colores que se identifican con cada parte del año.
Si no te quieres complicar con predicciones sobre la estación que eres, el color de tus venas y qué color ilumina más tu rostro, necesitas conocer este truco de la experta en imagen personal, estilista y consultora de moda Piluka de Echegaray.
Para ponerlo en práctica necesitas manejar tres variables:
Como se trata de un número impar de variables, la armonía a la que pertenezcas será aquella en la que sumes más puntos.
Teniendo en cuenta la variable del color de pelo, la armonía fría incluirá tanto el cabello negro como todos los rubios, desde el ceniza, al rubio claro nórdico. Por su parte, serán de armonía cálida los cabellos castaños en todas sus variedades.
En el caso del color de ojos, la armonía fría corresponde con los azules, verdes, grises y negros, mientras que la armonía cálida se asocia a todas la variedades de ojos marrones.
Pertenecen a la armonía fría las pieles blancas, rosadas, marfil o negras. Mientras que la armonía cálida corresponde a la piel morena y beige en todas sus variables.
Así, para saber si tienes una armonía cálida o fría solo debes sumar las tres variables y ver a qué te aproximas más.
Una vez que conoces tu armonía, debes saber que a las cálidas le van todos los colores que lleven un porcentaje alto de rojo o amarillo. En cambio, a las armonías frías les irá mejor cualquier color con un alto porcentaje de verde o azul.
En resumen:
¿Estás ya lista para hacer limpieza en tu armario y empezar a vestir con los colores que más te favorecen?
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