LOS BOTINES DE VERANO DE LAURA CORSINI SON LOS FAVORITOS DE LAS QUE VERANEAN EN EL NORTE (Y EN EL SUR)

Los botines de verano existen. No son una leyenda urbana. Uno de los zapatos más importantes del guardarropa invernal tiene, como tantos otros pares, su versión estival. Lo que sucede en su caso es que ni diseño ni su manual de uso proceden cuando se alcanzan los cuarenta grados. Excepciones siempre las hay y las habrá. No hay un agosto que se precie sin un día de tormenta o sin esa noche en la que inesperadamente refresca. Ahí los botines proceden pero, eso sí, en alguna de sus declinaciones estivales.

Los botines Valentina de Bimani son sin duda una de estas variaciones. Los ha llevado primero, como suele ser habitual en el modus operandi de la firma, su fundadora y directora creativa, Laura Corsini, durante un concierto perteneciente al ciclo Noches del Botánico. Un evento que desde luego admite las sandalias más practicadas por estas fechas, pero quizá aconseja un modelo de entretiempo.

Laura Corsini ha combinado los botines con un precioso vestido vaporoso –el modelo Caoba, también de Bimani– y una cazadora vaquera, es decir, el conjunto ideal para disfrutar de una noche de conciertos al aire libre. Preparada para cualquier cambio climático que pueda acontecer y para bailar sin descanso en plena pista. Porque el verano pasa por bebidas bien frías, el aroma de crema solar, vestidos ligeros de color amarillo y toallas tendidas al sol. Pero incluso en ese verano de manual, el que cumple a rajatabla todo lo que se le exige, hay espacio para unos botines.

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