TODAS LAS MADRILEñAS COMPRAN SU VESTIDO DE GRADUACIóN EN LA MISMA TIENDA

Si las colas delante de la alpargatería más antigua de Madrid anuncian la llegada del buen tiempo con más acierto que cualquier previsión meteorológica, las de Lady Pipa (C/Almirante, 10) marcan el inicio oficial de la temporada de bodas y graduaciones con precisión matemática: se puede hacer una estimación del número de eventos que tendrán lugar en la ciudad en los próximos fines de semana contando las personas que esperan a las puertas de la tienda.

La marca creada en 2018 por Sara González (también con establecimientos en Barcelona, Valencia, Lisboa y México) es una de las favoritas de las madrileñas para elegir vestido de invitada e incluso, de novia – con permiso del vestido Delfina, ¿aceptamos el vestido Angelique como segundo vestido de novia oficial de la Comunidad?– y cada vez más, para las graduaciones.

Donde antes nos conformábamos con un vestido mono, unos tacones mini y, quizá, una americana formal para asistir a una discreta entrega de diplomas en el salón de actos. Ahora, la transición del bachillerato a la universidad se celebra como todo lo demás: por todo lo alto.

En las fiestas de 2024, como en la casa de Gran Hermano, todo se magnifica: el vestido, el cáterin, la música y, por supuesto, el espectáculo. Las bodas tienen más de festivales –el espacio para mojitos, la cámara 360º, la hora loca, el servicio de tatuajes y hasta el castillo hinchable– que de ceremonia íntima y en una suerte de secuencia hiperbólica inevitable, cada vez hay más fiestas que se celebran como bodas: pedida, baby shower, gender reveal, preboda y reboda.

Los niños se hacen las fotos de la Primera Comunión como solían hacer las parejas, en los días previos a casarse en algún lugar emblemático: la Plaza de España de Sevilla, el parque de El Retiro en Madrid... Y los jóvenes celebran su mayoría de edad y el fin de la etapa escolar como siempre vimos en las películas.

Las graduaciones se han convertido en el baile del fin de curso con el que los millennials sólo pudimos soñar, vestido incluido.

Más que una nueva tradición, el vestido de graduación ya es un concepto, una institución, con su propia sección en las tiendas como Lady Pipa donde las adolescentes hacen cola, acompañadas por su madre, hermanas o amigas, como parte del rito de paso. La ropa siempre lo es.

Las graduaciones –por lo visto– ya no se celebran en el gimnasio del instituto sino en los teatros de la Gran Vía y ya no vale con ponerse “cualquier cosa”: ellos van en traje y corbata y ellas, de Lady Pipa.

$.00,

Vestido Sidonia

€195.00, Lady Pipa

A las puertas del teatro Capitol una tarde de junio cualquiera se repite el mismo fenómeno que en la cola de los probadores de Lady Pipa desde principios de mayo o en tus sugerencias de Instagram cada vez que hay boda influencer: todos y cada uno de los modelos de su catálogo están representados en sus diferentes tallas, estampados y, en este caso, estilismos.

Basta un simple ejercicio de evidencia empírica para concluir que todas las madrileñas compran su vestido de graduación en la misma tienda, pero, por favor, que alguien nos explique cómo se ponen de acuerdo para no repetir.

Vestido Clara

€195.00, Lady Pipa

Vestido Andrea

€195.00, Lady Pipa

Otras marcas dónde encontrar vestidos graduación asequibles y tendencia:

Vestido Vals

€56.95.00, Muscari

Vestido Betta

€69.99.00, Mango

Vestido floral

€127.42.00, Carmen Says

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