'RATóN', 'BEBU' O 'PASTELITO': ¿POR QUé LAS PAREJAS CONSTRUYEN SU PROPIO IDIOMA?

Sí, yo también he estado sentada en la mesa de un bar delante de una pareja de amigos, he desconectado de la conversación un segundo, he intentado engancharme a esta de vuelta y me ha costado más de lo esperado porque de repente estaban hablando en... ¿klingon? El idioma klingon lo inventó Marc Okrand para los estudios Paramount Pictures, como lengua vernácula de la raza klingon en el universo de Star Trek; y no, mis amigos no conocían este idioma inventado, pero tenían uno propio, construido por ellos mismos.

Este idioma ni era klingon, ni ellos eran la única pareja en el mundo que hubiese desarrollado su propio idioma. Esta práctica es muy común y a partir de entonces empecé a fijarme y a darme cuenta de que estaba rodeada de parejitas utilizando palabras que para mí carecían de significado, pero que ellos entendían a la perfección. No solo eso, sino que también las hay que utilizan palabras que ya existen, pero con otro significado (esto es todavía, si me apuras, más difícil de comprender para cualquier persona fuera de la pareja).

Si pones la oreja, seguro que pillas a alguna pareja de tu entorno utilizando este "idioma", estas palabras que solo los que la forman saben interpretar, pero no siempre es una tarea sencilla, porque suelen reservarlo para momentos de intimidad, asegura la psicóloga de parejas Patricia Maguet Levy a El Confidencial.

"Estas palabras especiales de puertas hacia fuera pueden sonar infantiles y peculiares y por eso a veces no nos gusta compartirlas en público"

"Estas palabras especiales de puertas hacia fuera pueden sonar infantiles y peculiares y por eso a veces no nos gusta compartirlas en público. Sobre todo para evitar comentarios y juicios ante algo a lo que damos mucho valor y que justamente se ha creado como muestra de intimidad y no para ser expuesto", explica Maguet.

Un idioma muy completo

El idioma de cada pareja es diferente, aunque en este predominan, por supuesto, los motes cariñosos, pero también se inventan muchas otras palabras para designar situaciones cotidianas. Por ejemplo, la periodista Mar Abad confesó en Por fin no es lunes de Onda Cero que tanto para ella como para su pareja, el concepto "ducha almeriense" tenía el mismo significado: una ducha muy rápida; mientras que la "ducha inglesa" es justo lo contrario.

Esto de crear un idioma propio es muy común, aunque "no es indispensable, en todas las relaciones que son especiales solemos hacer cosas que demuestran el valor que les damos y que sirven para marcar la diferencia"; pero... ¿Por qué lo hacemos?

"Es una forma más de marcar una barrera entre nosotros dos y el mundo que hace que nuestra relación tenga mucho más valor y sea mucho más exclusiva"

Patricia Maguet manifiesta que "cuando creamos palabras, expresiones o gestos que solo nosotros dos entendemos, estamos aumentando la sensación de complicidad. Es una forma más de marcar una barrera entre nosotros dos y el mundo que hace que nuestra relación tenga mucho más valor y sea mucho más exclusiva que la relación con el resto de personas que quedan fuera de nuestra burbuja".

En cuanto al surgimiento del mismo, son muchos los motivos que pueden llevarnos a incluir una determinada palabra en nuestro idioma; sin embargo, según la experta, estas son los más comunes: "El lenguaje propio suele nacer de alguna característica física o del carácter, de algún momento compartido o incluso de algún chiste o broma compartida. Se suelen generar con el tiempo, a medida que avanza la relación, de una forma totalmente natural y espontánea, sin ninguna planificación".

Las palabras son indispensables para comunicarse, pero también los gestos, las miradas, el contacto físico... Es por eso que en este romántico idioma la comunicación no verbal también es muy importante: "De hecho es algo que recomiendo muy a menudo a las parejas que vienen a terapia en situaciones que pueden ser complicadas. Por ejemplo, estás cenando en casa de tu familia política y estás viviendo un momento tenso, tener un gesto que solamente tu pareja y tú entendáis puede ser una forma genial de pediros y ofreceros apoyo que pasará desapercibida al resto, pero que os hará sentir que formáis un equipo sólido", expresa Maguet.

El idioma muere con la relación

Al igual que un idioma nace entre dos personas cuando estas van viviendo momentos juntas, acumulando experiencias y cogiendo confianza; este muere, según la psicóloga, si la relación no funciona: "El lenguaje propio de una pareja suele morir con la pareja si la relación termina. Y tiene mucho sentido porque esa palabra o ese gesto tenían una carga afectiva que no tiene sentido con otra persona. De hecho, es habitual que durante el duelo recordemos con nostalgia y tristeza estas muestras de complicidad y cercanía".

La relación muere, pero las personas que la formaron no, entonces estas podrían "reciclar" ese idioma y utilizarlo con sus futuras parejas, pero Patricia Maguet no lo aconseja: "No recomiendo repetirlas en otras relaciones porque les estaríamos quitando todo el valor de intimidad que tuvieron cuando se crearon".

Una pareja, feliz, haciendo la mudanza (iStock)

La comunicación es fundamental

Ya sea con un idioma propio o en castellano, inglés, francés, alemán... la comunicación es fundamental en cualquier relación de pareja; aunque no lo es todo. Para que una pareja funcione correctamente, lo ideal, según la psicóloga, es que ninguna de las siguientes cuatro grandes patas cojee: la amistad, el cariño y la admiración, el sexo y los proyectos de futuro. "La comunicación sería como un elemento transversal que nos permite que estas cuatro patas sean sólidas y se mantengan sanas y en buena forma".

A pesar de ser tan importante una buena comunicación, gracias a la experiencia que Maguet tiene trabajando con sus pacientes, es capaz de elaborar una lista con los errores más comunes que cometen las parejas con respecto a esta:

No escucharse.Asumir y dar por ciertas cosas sin preguntar.Esquivar y evitar los problemas para no generar tensión.Abusar de la crítica.No reconocer y valorar a la pareja.Por último, un auténtico veneno para cualquier relación de pareja que es el desprecio.

No todo iba a ser señalar lo negativo, centrarse en lo positivo y trabajar en mejorar esta comunicación es clave y la terapeuta comparte dos consejos: "Escucha más a tu pareja. Deja el móvil, la televisión y cualquier cosa que estés haciendo y mira a tu pareja a los ojos cuando te habla para que sienta que realmente te interesa lo que está compartiendo contigo. En segundo lugar, valora, reconoce y agradece a menudo. Así estarás generando un clima positivo en el que será más fácil poder navegar los conflictos y los problemas que todas las relaciones tienen".

¿Por qué ponemos motes a la gente que queremos?

¿Cada pareja es un mundo? Según Patricia Maguet sí y no, "todas las parejas son parecidas y distintas a la vez", e insiste en que "las personas tenemos muchas cosas en común y más si compartimos un mismo contexto y una misma cultura. Pero a la vez y tal como dice el dicho, 'cada pareja es un mundo' porque está formada por dos personas con historias de vida diferentes, con creencias sobre la pareja distintas, con expectativas, necesidades y preocupaciones diversas y así creamos combinaciones de relaciones infinitas".

"Una sola palabra o un solo gesto, pueden condensar y transmitir cariño, afecto, complicidad, cercanía, deseo… Así que estos motes están cargadísimos de valor amoroso"

Por tanto, aunque cada una de ellas actúe de manera distinta, son muchas las similitudes que comparten y entre estos 'lugares comunes' se encuentra el hecho de ponerle un mote o apodo a la persona que quieren, lo que se puede interpretar, según la terapeuta, como "una forma de crear una conexión más íntima".

"Es una forma más de distinguir esa relación del resto de relaciones que podemos tener o de relaciones que hayamos tenido en el pasado. Una sola palabra o un solo gesto, pueden condensar y transmitir cariño, afecto, complicidad, cercanía, deseo… Así que estos motes están cargadísimos de valor amoroso", concluye Maguet.