Del mismo modo que ocurre con los olores, los sabores son capaces de transportarte al pasado y te ayudan a revivir momentos de tu vida donde eras muy (muy) feliz. Eso me sucede cada vez que preparo flan casero: instantáneamente mi mente me lleva a la cocina de mi abuela y un sinfín de imágenes aparecen frente a mi mostrándome distintas razones por las que adoro este postre.
Este dulce me tiene maravillada y la sencillez que esconde lo hace todavía más interesante. Con una textura diferente que se podría asemejar (en ocasiones) a la gelatina, es tan ligero que mi estómago siempre quiere más. Este verano me he propuesto seguir la receta de mi abuela donde la proteína toma todo el control y lo convierte en uno de los dulces más sanos (y deliciosos) que existen.
La llegada del verano hace que nuestra dieta varíe drásticamente. Mientras que en época de frío nuestro cuerpo suele pedir comida caliente y reconfortante, en verano nos apetece todo lo contrario: platos ligeros y frescos. Con la intención de controlar la ingesta de calorías pero sin tener que renunciar al placer de un postre dulce y delicioso, esta receta de flan llega para revolucionar nuestra cocina. Proteico y de un sabor intenso, es tan saludable que no vas a querer parar de cocinarlo (es una realidad).
Aunque mi abuela solía cocinarlo a la cazuela, con los años las recetas se modernizan. De ahí a que hoy en día podamos hacer el mismo postre en menos de 3 minutos gracias al microondas. Fácil, rápida y sana, esta propuesta llega para colarse en nuestro recetario personal y no salir de allá jamás.
Para mantener la línea y hacerlo más ligero, esta propuesta no lleva caramelo, aunque si lo preferimos, siempre podemos cocinar una versión con este dulce por encima. Además, siempre podemos ser más indulgentes al servirlo con un poco de nata montada. Pero todas estas propuestas van en función de los gustos de cada uno, de allí a que nos guste tanto el poder customizar cada una de las recetas que proponemos.
Uno de los aspectos que más valoro a la hora de ponerme manos a la obra (o en la masa) es la facilidad, la rapidez y el no tener que ensuciar mucho la cocina. De ahí a que esta receta entre en mi top 10 personal ya que con muy poco, logro mucho.
Schema: Receta