Conservas: ¿es bueno comer algo que lleva enlatado meses?La conserva típica de España que no deberías tomar si tienes problemas con el ácido úrico, según la ciencia Las latas de conserva se han convertido en un básico indispensable en la despensa de cualquier hogar. Su versatilidad y larga duración las convierten en aliadas perfectas para improvisar cenas rápidas o preparar un picoteo con amigos y familiares. Atún, sardinas, mejillones o incluso legumbres son solo algunos de los alimentos que encontramos en estos prácticos envases. Además, su practicidad las hace ideales para quienes buscan ahorrar tiempo sin renunciar al sabor. Estas conservas permiten mantener los alimentos en buen estado durante meses o incluso años gracias al tratamiento térmico al que se someten y al hermetismo del envase. Sin embargo, una vez abiertas, su manejo adecuado es crucial para evitar que pierdan sus propiedades o se estropeen. Es común que lo que no se consuma de inmediato termine en la nevera, pero esta práctica, aunque habitual, no es la más recomendada por los expertos. A pesar de ser un recurso recurrente, guardar las latas abiertas en el frigorífico puede tener consecuencias negativas tanto para la calidad del alimento como para nuestra salud. La nutricionista Laura Jorge advierte que, con el paso de los días, los materiales de la lata pueden migrar al alimento y alterar su composición. Además, el contacto con bacterias u otros residuos presentes en la nevera podría acelerar su deterioro. ¿Por qué no deberías guardar latas abiertas en la nevera? Laura Jorge, en un vídeo difundido en sus su cuenta de Instagram, explica los riesgos de esta práctica: “Con el paso de los días los materiales de la lata pueden acabar pasando al alimento. Además, si hay alguna bacteria por nuestra nevera o si cae algo de otro alimento, puede acabar entrando en nuestra lata. Si la dejamos abierta, el alimento irá deteriorándose antes y notaremos cambios en textura, olor y sabor”. Para evitar estos problemas, Jorge recomienda transferir el contenido a un recipiente de cristal o plástico con cierre hermético, preferiblemente junto con la salmuera que viene en la lata, ya que ayuda a conservar mejor el producto. Si esta salmuera no está disponible, sugiere añadir un poco de agua y sal para preservar las características del alimento. Señales como una lata abombada, golpes o signos de óxido en el envase son indicativos de que el producto no es seguro para su consumo La nutricionista también alerta sobre cómo identificar una conserva en mal estado antes de consumirla. Si el contenido presenta burbujas, un olor desagradable o un cambio de color, es mejor desecharlo. Además, señales como una lata abombada, golpes o signos de óxido en el envase también son indicativos de que el producto no es seguro para su consumo. Evitar prácticas inadecuadas, como guardar las latas abiertas, puede ser clave para disfrutar de estos alimentos con total tranquilidad.Cuarentena: latas de conserva. ¿Son seguras? ¿Cuánto duran?