5 SIGNOS DE NORMALIDAD EN TU HIJO Y 5 QUE PUEDES PENSAR QUE NO, PERO TAMBIéN LO SON, SEGúN ÁLVARO BILBAO

El neuropsicólogo y autor de varios libros sobre crianza y desarrollo infantil ha compartido en una de sus recientes publicaciones de su perfil de Instagram una perspectiva interesante sobre el comportamiento infantil. Según Bilbao, los padres pueden observar diferentes tipos de comportamientos en sus hijos, todos dentro de los márgenes de la normalidad, aunque no siempre lo parezca a simple vista.

El experto ha enumerado, en primer lugar, cinco comportamientos comunes en los niños que todos reconocemos como normales. En concreto, los niños que no paran quietos, esos pequeños torbellinos de energía que parecen no tener un botón de pausa; aquellos que lo tocan todo, explorando su mundo a través del tacto sin restricciones; los que juegan con la comida, transformando cada comida en una aventura sensorial; los que prefieren la compañía de mamá, buscando su figura maternal como un refugio de seguridad; y por último, los que son físicamente activos, siempre en movimiento y en busca de nuevas experiencias.

Sin embargo, Bilbao también ha destacado que existen otros cinco comportamientos que, aunque puedan preocupar a algunos padres, son igual de normales que los anteriormente descritos. Primero, están los niños tranquilos, aquellos que disfrutan de la calma y no necesitan tanta actividad física; los pequeños observadores, que prefieren mirar y analizar antes de lanzarse a la acción; aquellos que no quieren mancharse, mostrando una preferencia por la limpieza y el orden incluso en su juego; los que prefieren a papá, buscando en él su figura de referencia y seguridad; y finalmente, los que son activos mentalmente, destacando por su interés en actividades que estimulan su mente más que su cuerpo.

Como ha querido mostrar el neuropsicólogo, esta distinción de comportamientos puede ofrecer un alivio a muchos padres que, en ocasiones, se preocupan al ver que su hijo no encaja en el perfil típico. Álvaro Bilbao ha querido recordar que la diversidad de comportamientos es parte de la naturaleza humana y que cada niño tiene su propio ritmo y forma de interactuar.

De este modo, entender estos matices puede ayudar a los padres a aceptar y apoyar a sus hijos tal y como son, sin preocuparse por diferencias que, en realidad, son completamente normales. La clave está en observar, comprender y acompañar a cada niño en su particular forma de crecer y desarrollarse en su día a día.

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