LA PUERTA DE ALCALá, PROTAGONISTA DE LA SEMANA DE LA MODA DE MADRID: 50 MODELOS Y 28 DISEñADORES PRESENTAN AL MUNDO SUS NUEVOS DISEñOS

La madrileña firma Maison Mesa participará en estas jornadas que comenzaron ayer y se extenderán hasta el próximo 16 de septiembre.

Aunque en Europa batallan gigantes de la moda como París, Milán o Londres, tradicionalmente consideradas epicentro del diseño, Madrid ha pasado de ser una urbe con un rol secundario, a una capital fashionista y emergente. El glamour y el estilo pasean a sus anchas por las efervescentes calles metropolitanas para demostrar que la ciudad no sólo dicta tendencia, sino que también crea una identidad propia, diferenciada y vibrante que llama cada vez más la atención.

Esa devoción por la moda, que serpentea entre las avenidas más céntricas, ha conquistado el paisaje de la luz, anfitrión de un Madrid de pasarela que se ha colado en la Puerta de Alcalá para orquestar un desfile de tradición castiza e inspirado en el folclore y la artesanía madrileña, organizado por el Ayuntamiento de Madrid y la Mercedes Benz Fashion Week 2024.

Hasta el 16 de septiembre la capital será testigo de un despliegue de alta costura donde, en su primera etapa dirigida por Madrid es Moda, los escenarios cobrarán protagonismo en más de 30 desfiles y eventos celebrados en lugares emblemáticos, así como el monumento de Alfonso XII, en el parque del Retiro, la Feria de libros de la Cuesta de Moyano o los patios de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En un homenaje a la ciudad que acoge y potencia el talento que llega desde todos los puntos de España, un gran abanico de diseñadores lucirán sus últimos diseños a ojos del patrimonio arquitectónico. Una de estas firmas que ha desfilado en la Puerta de Alcalá, y a la que aún le espera su gran aparición, es Maison Mesa, el bebé de Juan Carlos Mesa, que nació en 2017 después de años trabajando para Agatha Ruiz de la Prada, y cuyo taller artesano se ubica en Gran Vía y aún resiste al acoso de los pisos turísticos.

"Mi nueva colección, Seré tu Espejo, surge de la canción I Will Be Your Mirror, de The Velvet Underground y producida por Andy Warhol, y define a la perfección la filosofía de mi marca. Para mí la belleza es fundamental y la canción, que además es un temazo, habla de subirle la autoestima a la gente cuando se siente como un monstruo, porque todos podemos ser estrellas vibrantes", explica Mesa, vestido con falda tirolesa, tatuajes vivos, piercings faciales y con el pelo verde, derrochando personalidad y alegría por los poros. "Cuando pienso en la colección, pienso en un concepto de necesidad, en qué me piden mis clientes: sentirse poderosas, guapas, seguras de sí mismas", abunda el modisto que transforma las peticiones en trazos abstractos para luego convertirlos en prendas de lujo.

Los vestidos y trajes de Seré tu Espejo se confeccionaron bajo la influencia de los años 80 y la movida madrileña, además de que la técnica que empleó mesa provenía de la escuela de las hermanas Carriches, que hicieron el famoso vestido que llevó Fabiola de Bélgica en su boda con el hijo del rey Leopoldo III, en 1960 , y que también tenían un taller en el número nueve de de Gran Vía, que correspondía a la calle Caballero de Gracia. Además, Mesa insiste en que siempre apuestan por el "comercio de cercanía" porque para ellos es muy importante "preservar la tradición" y el slow fashion. "Hago un zapato, no millones de ellos, pero me aseguro de que cada pieza sea de máxima calidad".

Asimismo, confesó que sus modelos llevarían puesto "una demostración de cómo todo tipo de mujeres son maravillosas, son ideales, se ven fantásticas a pesar de la edad que tenga, su raza e incluso a pesar del sexo con el que hayan nacido o con el que se identifiquen". Una declaración de intenciones propia de un artista que proyecta en su obra todas sus vivencias: "Mi inspiración es la vida que he llevado desde que era joven hasta ahora". Una vida guiada por las vanguardias.

Su estudio, asentado en el tercer piso de un edificio próximo a Chueca, recoge la explosiva identidad de Mesa en todas sus esquinas. Sillas en forma de mano, decoración pop art, plumas, flecos y lentejuelas y las dos caras de su proceso creativo: los figurines de su último proyecto en la pared y el producto final colgado de las perchas que delimitan el espacio. Además, el diseñador conserva en el lugar, que luce por su ordenado desorden, objetos que le recuerdan a su infancia y a sus comienzos en el mundo de la confección: "Soy romántico y no lo puedo evitar, siempre hago los diseños a lápiz y papel y tardo 15 días en hacer cada boceto y tengo los originales guardados de todas las colecciones", recalca.

Mesa, que nació en 1971 y es el sexto hijo de una familia de modistas, ya lleva 31 desfiles a sus espaldas. "Mi madre me enseñó a coser y todas las mujeres de mi vida han sido tejedoras. He vivido entre patrones, hilos y costuras toda mi vida, entonces supe que quería seguir sus pasos por el placer y la tranquilidad que me daba la costura". En una época en la que la digitalización se ha apoderado de todos los campos, ser polifacético en el oficio es una virtud. "Es indispensable conocer la técnica del patronaje y saber coser para exprimir al máximo este oficio y tener prendas diferenciadas que hagan que tu marca despunte". Maison Mesa ganó el premio a mejor Atelier de costura de Madrid en 2020 y entre sus futuros planes está expandirse y llevar su concepto al primer piso del mismo edificio en Gran Vía, donde abrirán una tienda para el público el 20 de septiembre.

El modisto, ante la pregunta de qué se espera de su firma en la pasarela, contestó con un mensaje tan fuerte como las pisadas de sus modelos: "Voy a sorprender porque hay que sorprender, No sé hacerlo de otra forma, es algo que me sale solo". En su diccionario personal, las palabras sobrio o indiferente no están escritas. "A mí me gusta que la gente hable. Mal o bien me da igual, pero siempre hay que generar una impresión en el público. Algunas caras son de asco y otras de asombro. Así es la moda y me encanta".

Lo que también le sale innato es ser un defensor de que el arte y la política son dos realidades indisolubles. "El discurso político en las artes tiene que estar siempre", ya que la política "gira entorno a lo que las personas necesitan para organizarse y ser felices". Y prosigue: "El discurso de la moda, al igual que el discurso de las artes, siempre tiene que tener algo de política".

Con casas como Maison Mesa, "identidad" del más puro Madrid rebelde, ochentero y anárquico, Madrid es moda construye una invitación de retorno al ayer para entender la moda de autor española; costura que aún existe pero con una vuelta de tuerca: más rompedora y moderna que lanza un mensaje; orgullosos de lo que fuimos y expectantes de lo que seremos.

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