EL VESTIDO DE LA VENGANZA PUDO NO EXISTIR: LA DECISIóN IN EXTREMIS DE LADY DI Y UN ENFADO CON VALENTINO

Uno de los vestidos más recordados e icónicos de la princesa Diana de Gales fue el que se enfundó hace casi 30 años y sobre el que se han escrito ríos de tinta. La prenda, que ha pasado a la historia como 'el vestido de la venganza' de Lady Di, fue lucido por la madre de los príncipes Guillermo y Harry hace casi 30 años, el mismo día que el príncipe Carlos admitió en público su romance con Camila Parker.

R. R.

El 29 de junio de 1994, mientras Reino Unido escuchaba ojiplático al hijo de Isabel II confesando sus infidelidades frente al presentador Jonathan Dimbleby, la princesa Diana asistía a una cena benéfica en la galería Serpentine y lo hacía luciendo un llamativo y sexy vestido de cóctel confeccionado en crepé y seda, de color negro, ajustado, minifaldero, con pronunciado escote y que dejaba sus hombros al aire, de Christina Stambolian. Lo combinó con su gargantilla de zafiros, perlas y diamantes, a juego con su anillo de compromiso.

Lady Di y el príncipe Carlos. (Getty)

El llamativo y atrevido atuendo de Lady Di no pasó desapercibido para nadie y la princesa acaparó todas las miradas. Todo el mundo interpretó la elección estilística como un símbolo de empoderamiento y una bofetada sin manos al hoy rey Carlos III.

Pero esa icónica prenda estuvo cerca de no hacerse tan famosa. Según confesó la propia Stambolian, Diana de Gales estuvo a punto de no lucir el famoso vestido porque lo consideraba demasiado atrevido. Además, originalmente lo quería en color crema. Finalmente lo usó esa noche y en color negro en un ataque de resentimiento después de que el diseñador Valentino filtrara un día antes que iba a usar una prenda suya.

La prensa llegó a calificar el diseño como “el más estratégico jamás usado por una mujer en los tiempos modernos", la prenda con la que Diana “echó a su marido de las portadas la mañana después de su dañina entrevista televisada”.

Stambolian, que nació en Grecia y se formó en Atenas, recordó hace tiempo cómo aquella prenda llegó a manos de la princesa. Diana entró en su tienda, en Beauchamp Place, Londres, y "compró un vestido corto de día, negro y rojo, una blusa de seda amarilla y una pequeña blusa color crema sin mangas, que sumaron alrededor de 470 euros".

Lady Di, con su famoso vestido de la venganza. (Getty)

Aseguró que la princesa le dijo: “Quiero un vestido especial para una ocasión especial. No importa si es corto o largo. Tiene que ser algo especial. Nos sentamos y dibujé algunos bocetos en una hoja de papel. El vestido era revelador, bastante corto y dejaba ver bastante pierna y carne. Diana no estaba segura. Pensó que era un poco atrevido. Ella quería todo más tapado, más largo y con el cuello más alto. Le dije que tenía buenas piernas y que debería enseñarlas. ¿Por qué no ser atrevido?".

Tras convencer a la princesa de Gales, ambos hablaron sobre el color de la prenda: “Yo tenía negro en mi mente, pero ella quería crema. Para mí, Diana era una persona blanca y negra. No me gustaba con los rosas pálidos y los azules con mucha pedrería”.

Durante tres años, el vestido estuvo sin usar en el guardarropa de Lady Di. Christina Stambolian llegó a temer que nunca fuera visto en público. "Me sentí muy decepcionada", llegó a confesar. Cuando la vio aparecer con la prenda en el momento en el que lo hizo, confesó que “entonces me di cuenta de que había estado esperando la ocasión adecuada. Había ido a Valentino a comprar un vestido para esa fecha en particular. Entonces Valentino llamó a todos los periódicos diciendo que al día siguiente, la princesa saldría con su vestido”. Ella lo supo y parece que no le sentó muy bien, por lo que decidió usar el vestido de Stambolian.

Diana de Gales, con el icónico vestido. (Gtres)

La diseñadora no volvió a ver a Diana hasta la recepción de la subasta de Christie's, en junio de 1997, cuando la royal subastó 79 de sus vestidos de noche más emblemáticos. El vestido fue comprado por 52.000 euros por el escocés Graeme Mackenzie y su esposa Briege, propietarios de la franquicia Body Shop en Escocia.

Planeaban exhibirlo para recaudar fondos para organizaciones benéficas escocesas, pero tras la muerte de la princesa, la pareja decidió guardar la prenda en un banco. "Lo único noble que se podía hacer era no utilizarlo", dijeron en ese momento.

Desde entonces, el vestido ha aparecido menos de una docena de veces en público.

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