En los últimos años, ha surgido una tendencia creciente entre las parejas: el estilo de vida LAT, acrónimo en inglés de "Living Apart Together", o "vivir juntos, pero separados" en español. Este fenómeno se refiere a personas que, pese a tener una relación íntima y comprometida, eligen mantener domicilios separados.
Las razones para adoptar esta forma de convivencia son variadas, abarcando desde la necesidad de independencia personal hasta cuestiones laborales o familiares.
Especialistas en relaciones señalan que esta tendencia puede ser beneficiosa para mantener un equilibrio saludable entre la vida personal y la vida en pareja. Al vivir en lugares diferentes, las parejas pueden disfrutar de su tiempo juntos sin sacrificar su espacio individual, lo que puede reducir conflictos y mejorar la calidad de la relación. Esta forma de convivencia permite a cada persona mantener su rutina y sus intereses, facilitando una dinámica más armoniosa y menos dependiente.
El fenómeno LAT no es exclusivo de un solo país o cultura, sino que se ha observado en diversas partes del mundo. En un contexto post-pandemia, donde el teletrabajo se ha consolidado, muchas parejas han encontrado en esta modalidad una solución para balancear sus responsabilidades laborales y personales.
Vivir separados pero cercanos ha proporcionado a estas parejas la flexibilidad y el equilibrio necesario para fortalecer sus vínculos afectivos sin renunciar a su autonomía.
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