En un mundo donde los clichés son difíciles de eliminar, la idea de que las mujeres se sienten irremediablemente atraídas por hombres mayores parece haber encontrado refugio en el imaginario colectivo. Un estudio reciente ha sacudido esta antigua certeza, y de una forma bastante refrescante. Es posible que la realidad de las citas no se ajuste del todo a las fantasías estadísticas.
Probablemente hayas oído el viejo dicho: «A los hombres les gustan las mujeres más jóvenes, las mujeres prefieren a los hombres mayores». Esta idea, tan trillada, se confirma con cifras globales: en los matrimonios heterosexuales, los hombres son, de media, 4,2 años mayores que sus parejas. Hasta aquí, todo bien. Y cuando se pregunta a las parejas sobre sus preferencias, parecen coincidir con esta tendencia.
Sin embargo, un equipo de investigadores dirigido por Paul W. Eastwick, profesor de psicología de la Universidad de California en Davis, decidió investigar un poco más. Alerta de spoiler: las apariencias engañan.
Lo que hace que este estudio sea particularmente interesante es que no se basa en declaraciones abstractas ni en perfiles de sitios de citas. No, hablamos de encuentros reales. Miradas mientras se toma un café, risas nerviosas y quizás incluso mariposas en el estómago. El equipo analizó datos de 6262 usuarios del sitio de citas Tawkify, una plataforma que organiza encuentros individuales reales según las afinidades y preferencias declaradas.
Antes de sus citas, se pidió a los participantes que indicaran la edad máxima de su pareja ideal. Tawkify, con picardía, a veces excedió los límites. Como resultado, algunas mujeres fueron emparejadas con hombres más jóvenes que ellas, a pesar de lo que habían indicado. ¡Y entonces, sorpresa!
Cuando se preguntó a los participantes cómo les fue en su cita (atracción, disfrute y deseo de volver a ver a la persona), surgió un patrón claro: las parejas más jóvenes causaron una fuerte impresión. Muy fuerte, de hecho. Los hombres mostraron aún más entusiasmo al conocer a una mujer más joven de lo esperado, y las mujeres, que se espera que prefieran a los hombres maduros, también se sintieron ligeramente más atraídas por hombres más jóvenes que ellas.
Paul W. Eastwick ofrece una hipótesis interesante: las mujeres pueden subestimar su atracción por los hombres jóvenes hasta que los conocen en persona. En teoría, marcamos la casilla "maduro, estable, con experiencia". ¿En realidad? El atractivo de la frescura, el entusiasmo y la espontaneidad puede ser un éxito. Y no se trata de "negar tus gustos", sino de descubrir que pueden ser más amplios de lo que pensabas.
También está el efecto del encuentro real: la sonrisa irónica, el humor ligeramente incómodo pero sincero, la discusión fluida... todo esto puede barajar las cartas mucho más efectivamente que cualquier biografía cuidadosamente escrita.
Este estudio nos anima a considerar los deseos con una perspectiva más compasiva, libre e inclusiva. Los cuerpos jóvenes no son necesariamente más bellos que otros, pero pueden inspirar cierta ligereza, una energía que seduce más allá de las arrugas y los criterios tradicionales. Y, a la inversa, la edad no es en absoluto un obstáculo para la belleza ni el encanto: simplemente enriquece el abanico de posibilidades.
Porque, en definitiva, lo que este estudio revela es una mentalidad más abierta de la que la sociedad nos hace creer. Las mujeres, al igual que los hombres, pueden sentirse atraídas por la personalidad, la vitalidad y la mirada de la gente, mucho más que por su fecha de nacimiento. Y eso significa que tu valor no depende de una edad específica ni de un estándar fijo.
Obviamente, este estudio tiene sus limitaciones. Solo aborda la primera cita, la primera emoción. No nos dice si esta atracción inicial se convierte en una relación duradera. Y no nos permite sacar conclusiones sobre la dinámica de las relaciones queer, debido a la falta de datos. Sin embargo, abre una puerta.
Lo que este estudio nos dice es que es hora de dejar atrás las ideas preconcebidas. De reconocer que nuestras atracciones no necesariamente se ajustan a lo que decimos, y que esto es perfectamente normal. Que la seducción se experimenta en el momento, no en una hoja de cálculo. Y, sobre todo, es hora de dejar de etiquetar a quién le atrae.
2025-06-10T04:15:36Z