La violencia no siempre es física. A veces también hay frases, comportamientos y comentarios que dejan una profunda huella, como un moretón en el cuerpo. En algunas relaciones, el abuso emocional es parte de la vida cotidiana y pasa casi desapercibido. Sin embargo, hiere suavemente la mente y deja muchas heridas en la confianza.
La violencia psicológica no deja huellas visibles, pero es palpable y nos daña desde dentro. Cuando se infiltra en cada poro de una relación, ya sea de amistad o de amor, se siente como una bofetada. Las palabras suenan como golpes invisibles, y las críticas nos golpean brutalmente en la cara. El abuso emocional se manifiesta mediante manipulación , humillación oculta, denigración constante o incluso silencios calculados. A diferencia de un puñetazo en la cara, que deja huellas, este tipo de violencia no es evidente de inmediato.
Se infiltra poco a poco, como un veneno inyectado poco a poco. Luego tardamos mucho en darnos cuenta y en procesar estas bofetadas verbales, a menudo minimizadas. Cada palabra que sale de la boca del otro adquiere la apariencia de un gancho y la amortiguamos con indiferencia hasta que ya no podemos soportarlo más. "No exageras. No eres demasiado sensible. No, no te lo estás imaginando", argumenta la terapeuta Amber Long en una reveladora publicación de Instagram .
El abuso emocional no se limita al ámbito romántico. Puede ocurrir en una oficina diáfana, en casa , con amigos... en cualquier lugar donde haya contacto. La primera señal reveladora es probablemente una de las más insidiosas. Dices: "Me lo dijiste ayer", y él responde: "Te lo estás inventando", y lo niega por completo.
Esto se conoce comúnmente como manipulación psicológica. Consiste en hacer que la víctima parezca "loca" distorsionando la información o presentándola de forma diferente. La persona te manipula y te hace creer que estás perdiendo la cabeza. Su truco es tan efectivo que consigue hacerte cuestionarte y cambiar de opinión, aunque lo creyeras con todo tu corazón.
Todo lo que emprendes y todo lo que amas es severamente denigrado. Nada es suficiente. Tus ambiciones son "irrealistas", tus emociones "exageradas" y tus pasiones "superficiales". No puedes hacer nada sin que la persona te reprenda. En lugar de respetar lo que te impulsa y te habita, lo critica, lo desacredita y lo pisotea. Y su veneno se extiende rápidamente y adormece todo lo que te motiva. Una humillación indirecta típica del abuso emocional.
La persona se queda muda de repente, sin motivo aparente. Cuando intentas abrazarla, te aparta con un gesto calculado, y cuando le hablas, no responde. Cuando otros te golpean por una camisa mal doblada o una comida demasiado cocida, usan el silencio para castigarte y hacerte reflexionar.
Una persona emocionalmente abusiva te repite una y otra vez que tienes que casi forzarte a amarla. Te convence de que nadie te querrá jamás y te hace parecer odioso. Terminas pensando que tienes que "esforzarte" para merecer lo mínimo y, por el contrario, no exigirle demasiado.
Cuando dejas salir tus emociones sin filtro, la persona no te consuela ni te da un pañuelo. Te dice que eres demasiado sensible, que te quejas por nada, que finges. En otras palabras, te deja hundirte en tu miseria y te bombardea con palabras que te destruyen más que te consuelan.
Una persona que usa el maltrato emocional se muestra en sociedad con su mejor cara. Es completamente diferente, casi irreconocible. Los demás solo hablan bien de ella, y esto te obliga a guardarte todo para ti, con el riesgo de recibir comentarios como "No entiendo por qué lo culpas" o "No es tan horrible". Esta persona es un auténtico camaleón. En cuanto llegas a casa, te vuelve a soltar horrores.
Reafirmarte, poner límites, decir que no: no son caprichos. Son actos de supervivencia. Tienes derecho a dejar de minimizar lo que sientes. A dejar de poner excusas por lo que te está desgastando poco a poco. El abuso emocional no es evidente, pero deja heridas profundas. Sanar esas cicatrices requiere mucho amor y bondad.
2025-06-22T19:19:21Z