Tras el "verano de las chicas atractivas" y su pariente más marginal, el "verano de las chicas sardina", 2025 se perfila como el verano de los hombres que se cuidan... psicológicamente. Bienvenidos a la era del "verano de terapia": una temporada en la que ir a terapia no solo está de moda, sino que también se considera una verdadera ventaja en el ámbito social y romántico.
Durante mucho tiempo, a los hombres se les enseñó a tragarse las lágrimas, apretar los dientes y fingir que todo estaba bien. Llorar era para los demás. Hablar de las heridas, aún menos. Esta era está envejeciendo. "Therapy Bro Summer" no es solo un hashtag de moda; es un verdadero cambio cultural.
Figuras públicas respetadas, desde el nadador estadounidense Michael Phelps hasta el jugador de baloncesto estadounidense DeMar DeRozan, se atreven a decir en voz alta lo que muchos han callado: sí, incluso los chicos fuertes, brillantes y bien apoyados pueden sentirse abrumados. Y, sobre todo, tienen el derecho —o incluso el deber— de pedir ayuda.
Hoy en día, ir a un psicólogo ya no significa "estoy roto" , sino "quiero entender cómo funciono ". La terapia es una herramienta para el desarrollo interior, una palanca para el equilibrio, un acto de valentía silenciosa. Y esta valentía se vuelve contagiosa.
En Tinder, Bumble y similares, también está en marcha una pequeña revolución silenciosa. Si has visto biografías que dicen "en terapia desde 2023" o "busco pareja emocionalmente disponible", ya has entrado en esta nueva era. Y, como era de esperar, es una señal de alerta.
La madurez emocional se está convirtiendo en un punto de inflexión. Un hombre capaz de introspección, que no se asusta ante la idea de abordar temas profundos, que puede expresar sus emociones sin ruborizarse ni rehuir, se ha convertido en la máxima expresión de las citas en 2025. El "chico malo" silencioso y misterioso está siendo reemplazado por el "amigo tierno" que conoce su estilo de apego.
Las mujeres ya no buscan proyectos de rehabilitación emocional. Quieren parejas que ya sepan que la comunicación no es algo demasiado complejo para ellas. Y eso suele empezar en el diván del terapeuta.
Ir a terapia no significa sentirse mal. Muchos hombres ya no esperan a que su mundo se derrumbe para buscar ayuda. Acuden por curiosidad, para comprender mejor sus patrones, para dejar de repetir los mismos errores y para construir relaciones más sanas. Es un acto de anticipación, no de reparación.
En las oficinas, las exigencias han cambiado. Menos «Estoy al límite», más «Quiero conocerme mejor». Son hombres en construcción, no en ruinas. Hombres que ya no quieren vivir en piloto automático.
"Sentía que siempre reaccionaba de la misma manera cuando me sentía rechazado, sin entender por qué. La terapia me enseñó a escuchar este miedo sin dejar que dominara mi vida. Es un verdadero regalo que me estoy haciendo", dice Julien, de 33 años, quien lleva un año en terapia.
Sí, el "verano de terapia" es un fenómeno serio, pero eso no le quita sentido del humor. Internet está lleno de memes divertidísimos sobre chicos que van a terapia y descubren que tienen un niño interior angustiado y un ego inflado. Es gracioso, conmovedor y, lo más importante, desinhibido.
La terapia ya no es algo de lo que avergonzarse; es un tema de conversación entre amigos. Sí, entre amigos. Quienes antes hablaban de fútbol y coches ahora hablan de emociones y de establecer límites en sus relaciones. El "código de hermanos" ha evolucionado.
"Estamos viendo un cambio importante: la vulnerabilidad ya no se ve como un defecto, sino como un signo de autoconciencia", dice la Dra. Rachel Ginsberg, psicóloga de la Universidad Presbiteriana de Nueva York/Columbia, según el New York Post .
No se trata de negar todas las formas de virilidad, sino de redefinirla. En este "verano de terapia", la fuerza ya no reside en el control constante, sino en la capacidad de ceder sin sentirse culpable. Es una masculinidad fluida, consciente y asertiva. Una masculinidad que se permite la gentileza, el cuestionamiento y la vulnerabilidad.
Y si bien es bueno para los hombres, también tiene un efecto dominó en quienes los rodean. Mejores parejas, mejores padres, mejores amigos. Más presentes, más atentos, más equilibrados. Y a veces todo empieza con una simple frase: "Creo que necesito hablar con alguien sobre esto".
Así que este verano, entre barbacoas y una escapada a la playa, ¿por qué no invertir en tu bienestar interior? La temporada está lista para el cambio. Y quién sabe, quizás este "verano terapéutico" marque el comienzo de tu mayor transformación hasta la fecha.
2025-07-05T18:38:27Z