EL SENCILLO TRUCO DEL SACACORCHOS PARA ABRIR LOS BOTES DE CONSERVAS SIN ESFUERZO

El sencillo truco del sacacorchos para abrir los botes de conservas sin esfuerzo

La apertura de algunos botes de conservas bien podría ser considerada deporte de fuerza, pero con este truco es un juego de niños.

5 de julio 06:00 5 de julio 06:00 Mer Bonilla

Cocina

Dicen que más vale maña que fuerza, pero muchas veces, cuando se trata de abrir un bote de conservas, parece que ni la maña ni la fuerza nos asisten y, cuanto mayor es el empeño en abrirlo, mayor es la frustración.

Pero como para casi todo, para abrir botes también hay trucos, así que no está todo perdido. Con ellos podemos enfrentarnos en solitario a la tarea de abrirnos el bote de garbanzos sin tener que pedir ayuda a quien nos acompañe en ese momento.

Por qué cuesta tanto abrir un bote de conservas

Son dos los motivos que pueden hacer que tengamos que hacer fuerza para abrir la tapa. En el caso de los botes que abrimos por primera vez, la causa es el vacío que se ha hecho en el interior del recipiente para conservar el producto.

En el caso de botes que ya hemos abierto, puede pasar que el contenido sea rico en azúcares y, si este gotea por el borde, puede acabar cristalizando entre la tapa y actuar como si fuera un pegamento entre ambos. 

Cómo abrir frascos cerrados al vacío sin esfuerzo

Seguro que alguna vez has escuchado que si se guardan los botes bocabajo en la alacena, luego es más fácil abrirlos. Esto no es aconsejable en absoluto, pues, en esa posición, los botes pueden ser menos estables y podrían caerse (y romperse) con facilidad.

Lo que sí puede ayudar es, en el momento en el que necesitemos abrirlos, sujetar el tarro bocabajo con una mano y con la otra darle unas palmaditas en la base. Esto ayuda a que se afloje un poco la tapa.

Que no resbale la tapa

A veces, el problema no es que no tengamos fuerza suficiente para abrir la tapa, sino que ésta nos resbala. Esto es algo habitual, porque en la cocina es fácil que tengamos las manos mojadas o que el propio tarro esté mojado si acabamos de sacarlo de la nevera y se ha formado condensación en la superficie. Esto podemos evitarlo de varias formas:

  • Usando guantes de goma
  • Colocando una goma elástica alrededor de la tapa.
  • Envolviendo la tapa con un trozo de papel film arrugado.
  • Colocando una tira de cinta de carrocero alrededor de la tapa.
  • Agarrando la tapa con un paño de cocina seco.

Todas estas opciones nos sirven para aumentar el rozamiento y mejorar el agarre.

El truco definitivo

Si aun así, el frasco sigue en sus trece de no abrirse, podemos recurrir a métodos algo más drásticos. En realidad, si queremos ir a lo seguro, podemos empezar haciendo esto y nos ahorramos hasta el esfuerzo de probar.

Se trata de hacer palanca entre el cristal y la tapa para separarla un poco y que pueda entrar el aire. En cuanto entre el aire escucharemos un zumbido característico que es la señal de que ya lo tenemos, cuando eso pase, podemos abrir el bote sin esfuerzo.

La pregunta es ¿cómo y con qué hacemos palanca? Pues podemos usar varias cosas que tenemos en la cocina, desde un cuchillo de punta roma hasta una cucharilla, aunque si tienen mucho espesor, pueden no entrar entre la tapa y el cristal. Los cuchillos de punta no debemos usarlos para hacer palanca porque se podrían romper.

El objeto que más nos va a ayudar es un sacacorchos de camarero y no, no vamos a taladrar la tapa, lo que vamos a usar es la parte del sacacorchos que usamos para abrir las cervezas. Simplemente, colocaremos el sacacorchos en posición vertical con el abridor hacia abajo, engancharemos la tapa del frasco con la "uña" de éste y haremos palanca tirando un poco del abridor hacia el centro de la tapa. Enseguida oiremos ese "clic" celestial que indica que ya podemos quitar la tapa sin sudar tinta.

Cómo abrir frascos con la tapa pegada

Aunque el método también funciona para frascos cerrados al vacío, es especialmente efectivo con esos en los que los azúcares cristalizados han hecho que la tapa se quede pegada.

Lo que haremos es llenar un recipiente con unos 2 o 3 centímetros de agua muy caliente y colocar el frasco bocabajo, de manera que la tapa quede completamente sumergida. Dejarlo así como mínimo 30 segundos y como máximo un minuto -no conviene dejarlo más tiempo porque seguramente no nos interesará que el contenido se caliente ni que el frasco queme y no lo podamos agarrar-. El calor hará que la tapa metálica se dilate un poco y será más fácil de abrir.

Truco Cocinillas

Un truco para evitar que las tapas se queden pegadas en los botes de alimentos con mucho azúcar, como pueden ser la mermelada o la miel, es taparlos con un trozo de papel film antes de poner la tapa y cerrarla, así evitamos que se quede pegada al cristal.

© El Español

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