¿TU FREIDORA DE AIRE SE MANCHA CON FACILIDAD? AQUí TIENES 5 TRUCOS PARA MANTENERLA A RAYA

La freidora de aire es uno de los electrodomésticos que más popularidad han adquirido en los últimos años. Permiten cocinar de manera más rápida, manchando menos, y lo más importante, reduciendo el consumo de aceite con el fin de mejorar nuestra salud. Pese a que es una de las revoluciones culinarias de la década, este sistema de cocina acarrea una parte que quizás sea la más tediosa tras su uso: la limpieza. Debido a todas las piezas que componen la totalidad de la freidora, realizar una limpieza profunda es más complicado que en otros utensilios culinarios como pueden ser las sartenes o el horno, sobre todo por la parte fundamental del popular electrodoméstico; su resistencia. Para ayudarte a mantener tu freidora de aire lo más limpia posible, desde Cadena Dial te ofrecemos 5 trucos que te ayudarán a conservarla como nueva.

Proteger el fondo del cubilete

Utilizar cestas de papel o reutilizables de silicona u otros materiales en el fondo de la cesta principal para evitar que los ingredientes manchen el cubilete con restos de grasa. Al acabar el tiempo de cocinado, únicamente tendremos que retirar la cesta que hayamos usado y nuestra freidora estará como nueva.

Limpiar la resistencia habitualmente

Lo más importante para llevar a cabo este paso es desenchufar nuestro electrodoméstico y comprobar que está totalmente frío. Tras las comprobaciones, retiraremos la cesta y daremos la vuelta a la freidora, dejándola apoyada en una superficie lisa. En un recipiente, ponemos agua tibia junto a un chorro de detergente de lavar la vajilla y lo mezclamos con la ayuda de un cepillo de dientes, que será nuestra herramienta de limpieza principal. Lo frotaremos con cuidado por toda la zona de la resistencia, tras haberla limpiado superficialmente con un paño de microfibra que también utilizaremos posteriormente para secarla.

Limpieza de la cesta

Una de las recomendaciones principales de los usuarios más avanzados de freidoras de aire es llenar el cubilete con agua hirviendo hasta que la rejilla quede cubierta y añadirle un poco de desengrasante y de detergente. Una vez hecho, lo tapamos con papel de aluminio para que los vapores hagan su función. Pasados unos 20 minutos, cuando comprobemos que el aceite se desprende, realizamos un lavado al uso y toda la suciedad se eliminará de manera sencilla.

Evitar los materiales abrasivos

Utilizar estropajos u otros instrumentos de limpieza hechos de aluminio o níquel pueden ser muy peligrosos para nuestra freidora, ya que arrancarán la capa antiadherente con la que está recubierta la cesta, consiguiendo así que todos los alimentos se queden pegados y que la limpieza sea mucho más difícil. En sustitución, debemos utilizar estropajos suaves, aptos para superficies delicadas.

No encender la freidora con la cesta llena de agua

Es un truco que se ha hecho viral, en el que explican que metiendo la cesta llena de agua y programando el electrodoméstico como si se fuera a cocinar, esta se limpiará sola. El consejo no está recomendado en absoluto, ya que puede llegar a dañar los componentes electrónicos del aparato, dejándolo inutilizable.

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