YOGUR GRIEGO VS. YOGUR BúLGARO: ¿CUáL ELEGIR PARA TU DIETA?

El yogur griego y el yogur búlgaro son dos productos de origen lácteos fermentados que en los últimos años han ganado popularidad entre el público debido a que ofrecen distintas ventajas nutricionales y culinarias. Conocer las diferencias entre ambos te ayudará a elegir el que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias.

Diferencias en su elaboración

Yogur griego: Se elabora a partir de leche fermentada con cultivos bacterianos y luego se cuela para eliminar el suero líquido, lo que le da una textura más espesa y cremosa. Este proceso aumenta su contenido proteico y reduce los carbohidratos.

Yogur búlgaro: Se produce con cultivos específicos de bacterias, principalmente Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. No se somete a un colado intenso, resultando en una textura más líquida y un sabor ácido distintivo.

Proteínas y carbohidratos

Yogur griego: Destaca por su alto contenido proteico, alrededor de 10 gramos por cada 100 gramos, debido al proceso de colado que concentra las proteínas. En cuanto a carbohidratos, suele tener menos por la eliminación del suero, fuente de lactosa.

Yogur búlgaro: Aporta alrededor de 4 gramos de proteína por 100 gramos. En términos de carbohidratos, puede contener un poco más que el yogur griego al no pasar por un colado intenso.

Grasa y calcio

Yogur griego: El contenido de grasa varía según la leche utilizada, ya sea entera, semidesnatada o desnatada. En general, el yogur griego comercial tiende a ser más bajo en grasa que el yogur búlgaro.

Yogur búlgaro: Al elaborarse con leche entera en muchas variedades, suele tener un mayor contenido de grasa que el yogur griego.

En lo que respecta al calcio, ambos tipos de yogur son excelentes fuentes pero la cantidad puede variar según la marca y el proceso de producción. Una porción de 100 gramos aporta aproximadamente 110 mg de calcio en ambos casos.

Digestión y probióticos

Yogur griego y búlgaro: Ambos son ricos en probióticos, bacterias beneficiosas que contribuyen a la salud digestiva al equilibrar la microbiota intestinal, mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico.

No obstante, el yogur búlgaro se destaca por la presencia de Lactobacillus bulgaricus, una cepa con la capacidad de sobrevivir en el tracto gastrointestinal y brindar beneficios probióticos efectivos.

Lactosa

Yogur griego: El proceso de colado elimina parte de la lactosa, haciéndolo más tolerable para personas con intolerancia leve.

Yogur búlgaro: No se cuela intensamente, por lo que retiene una mayor cantidad de lactosa en comparación con el yogur griego.

Usos culinarios

Yogur griego: Su textura espesa lo hace ideal para usar como crema agria en recetas, base para aderezos, salsas y marinadas, o como acompañamiento en desayunos con frutas y granola.

Yogur búlgaro: Su consistencia líquida lo hace perfecto para beber solo, mezclar en batidos o usar en sopas y guisos donde se busca un toque ácido.

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¿Cuál elegir para tu dieta?

La decisión entre yogur griego y yogur búlgaro depende de tus preferencias y objetivos nutricionales:

Yogur griego: Si buscas un yogur más rico en proteínas y con textura cremosa, es una excelente opción.

Yogur búlgaro: Si prefieres un yogur líquido, con sabor ácido y ligero, este podría ser más adecuado para ti.

En definitiva, ambos ofrecen beneficios para la salud y pueden ser una valiosa adición a una dieta equilibrada, por lo que cualquiera que elijas te será de gran ayuda.

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