SOFá LIMPIO: LOS ESPECIALISTAS ACLARAN CADA CUáNTO HAY QUE CAMBIAR LAS FUNDAS DEL SOFá Y CUáL ES EL MéTODO PERFECTO PARA LAVARLAS

Mantener el sofá limpio y sus fundas en condiciones óptimas resulta esencial si queremos prolongar su vida. Sin embargo, no todos sabemos cuándo debemos cambiarlas y cuál es el proceso que debemos seguir para lavarlas adecuadamente.

Según, Westwing, las cubiertas deben limpiarse con una frecuencia de entre tres y seis meses; dependiendo del uso y las condiciones del hogar. En domicilios con mascotas o niños, puede que haya que realizar este proceso con mayor frecuencia. Cambiarlas regularmente ayuda a evitar la acumulación de polvo, ácaros y manchas difíciles de eliminar, garantizando un entorno más saludable y agradable.

Sofá de dos plazas de Maisons du Monde. (Cortesía/Maisons du Monde)

El primer paso para lavar las fundas del sofá es siempre revisar la etiqueta del fabricante. En ella encontraremos especificadas las instrucciones sobre su cuidado. No obstante, si por algún casual no la tienes a mano, en esta guía te ofremos algunos consejos que puedes seguir para que aguanten en perfectas condiciones.

En primer lugar, antes de retirar las fundas, aspíralas cuidadosamente utilizando una boquilla especial para tapicería. Esto eliminará la mayor parte del polvo y de la suciedad superficial. Después, lávalas. La mayoría de las fundas se pueden lavar a máquina, pero es crucial usar un ciclo suave y agua fría o tibia; sin nunca pasar los 40°C.

Un cojín en tonos tierra sobre un sofá de color gris. (Cortesía/Ikea)

Ten en cuenta el material del que esté hecha la funda. Si es de fibras naturales como el algodón, el lino, la viscosa, la lana o la seda, requerirá productos de limpieza neutros en pH; mientras que si la fibra es sintética, además de usar detergentes neutros, tendrás que evitar el agua caliente. Si prefieres lavarlas a mano, hazlo con agua templada y un detergente suave.

En cuanto al secado, lo ideal es dejar las fundas al aire libre, evitando la exposición directa al sol para que el tejido no se decolore. Si por el contrario, prefieres usar una secadora, selecciona un ciclo de baja temperatura.

Un sofá en una imagen de archivo. (Cortesía/Ikea)

Otros cuidados

Para mantener las fundas del sofá en perfecto estado, también es importante evitar que el sofá esté expuesto constantemente a la luz, ya que los rayos ultravioleta pueden hacer que los colores pierdan intensidad.

Si lo que queremos es quitar manchas difíciles, como las de bolígrafo, podemos usar artículos como laca para el pelo. Lo ideal es probar siempre en una zona poco visible para asegurarnos de que el producto da el resultado esperado.

Es importante tratar la tela del sofá de forma adecuada. (Getty)

Por su parte, el bicarbonato de sodio es excelente para neutralizar olores. Para utilizarlo, solo tienes que espolvorear un poco sobre las fundas, dejarlo actuar y luego arspirarlo.

Por lo general, para los sofás no se recomienda la limpieza a vapor, ya que, como hemos visto, el calor puede dañar las fibras y los colores. Si el sofá es de cuero, la humedad de la habitación debe mantenerse por encima del 45%, con el objetivo de evitar que el cuero se seque y agriete.

Una buena limpieza se traduce en un sofá en buen estado. (Cortesía/Maisons du Monde)

Cuidar las fundas del sofá no solo es una cuestión estética, sino que también garantiza un entorno saludable. Siguiendo estos sencillos consejos, alargarás la vida de tu mueble por muchos años.

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