EL HUB GASTRONóMICO DE MODA EN MENORCA EN UNA DE LAS CALAS MáS BONITAS, CON 24 RESTAURANTES Y BARES DE CHEFS FAMOSOS

Desde el avión se ve verde, salvaje; también árida con superficies en las que predominan las arcillas y las calizas. Menorca es la isla pequeña o, como la bautizaron los romanos, Minorica, que mira por un lado a su hermana mayor, Mallorca, y por el otro al mar Mediterráneo. Tocar tierra aquí es sentir, al instante, esa humedad y salinidad isleña inconfundible que estimula a cualquier peninsular para acompañarlo durante todo el viaje.

Tras un trayecto por carretera que transcurre desde el aeropuerto de Mahón, en la costa este, hasta Cala’n Bosch, en la suroeste, se llega, por fin, al Lago Resort Menorca. Aquí todo es relax, la prisa se esfuma y las obligaciones que se agarraban insistentemente a la memoria dejan de hacerlo para disolverse entre la brisa.

Este complejo de casitas bajas y blancas dispuestas alrededor de la marina de Cala’n Bosch tiene diferentes formatos de alojamiento. Por un lado, están las Suites del Lago, de cinco estrellas y solo para adultos, donde prima la sencillez para que el viaje lo sea de verdad. Tiene una piscina climatizada y de agua salada de talasoterapia y algunas de sus habitaciones cuentan incluso son una pequeña piscina privada. Concebido como un alojamiento eco, en las Suites del Lago la sostenibilidad se toma muy en serio. Además de prácticas que son ya habituales como eliminar los envases de plástico de un solo uso o emplear el reciclaje, se sirven de placas solares para calentar la piscina o riegan las plantas con el agua sobrante.

El segundo formato son las Casas del Lago, de cuatro estrellas superior y también solo para adultos. Tiene una zona de spa y bienestar y una gran piscina con camas balinesas donde unos descansan y otros se divierten. Los niños encuentran su paraíso en la zona de villas y bungalows, donde reina la calma, privacidad y seguridad. Además, en esta área está el huerto y gallinero que alimenta algunos de los restaurantes del Resort.

Un hotel para los aficionados a la gastronomía. De Tailandia a Perú con escala en Japón.

El foco gastronómico aquí es innegable, de ahí que cuenten con la oferta más variada de la isla. Y es que los propietarios del Lago Resort Menorca saben lo importante que es para muchos comer bien durante las vacaciones y por eso la propuesta alberga 24 restaurantes y bares, acogidos bajo el HUB Gastronómico, que van de lo local a lo internacional a lo largo de diferentes niveles. El recorrido es amplio, pero nosotros nos quedamos con cuatro propuestas que enamoran.

Thai Garden by Arena Beach

Muchos recordarán a Emilio Carcur. Él introdujo la verdadera cocina tailandesa en nuestro país hace 25 años con Thai Garden. En todos sus proyectos hay color, elegancia y cartas que son un despliegue de sabores exóticos fieles a la cultura del sudeste asiático. En esta terraza, situada junto a la piscina de las Casas del Lago, las cenas discurren entre los aromas del tamarindo, cacahuete, hierbas, lima o leche de coco.

El mejor comienzo son los rollitos estilo thai, o Poh Phia, y las colas de langostino envueltos en pasta de arroz frito. Le siguen la Tom Yam Khung y Som Tam, que son, respectivamente, la sopa de leche de coco, lima kaffir y chiles, y la ensalada de papaya verde con langostinos.

Imprescindibles son los curris: amarillo, rojo y verde, que se prueban con el pan roti y se empapan con arroz. También los tallarines salteados con verduras, langostinos y brotes de soja o el Pad Krapaw Nua. Y todo esto mientras uno se queda boquiabierto con los espectaculares trajes tradicionales que visten los camareros.

Kaypa

Cualquier día es el ideal para sentarse a la mesa de Kaypa. El chef Omar Malpartida de nuevo practica el juego que mejor domina: la fusión entre los ingredientes y sabores de su país, Perú, y los de Baleares. Y siempre en un ambiente de celebración y agradecimiento, como refleja su nombre, que viene de la palabra quechua Kay Pacha, y que pone en valor el aquí y ahora.

En Kaypa las cartas del juego son el mestizaje culinario y, como no podía ser de otra forma, los ceviches son fundamentales y el mejor despertar del paladar. Lo elaboran apaltado, con la pesca del día y un mix de mariscos, leche de tigre de aguacate y pesto marino; y a la brasa, sello de Malpartida, que combina los trozos de corvina con la chicha de jora, el ají amarillo, la cerveza y los cítricos. Entre bocado y bocado, la coctelera trabaja para volcar en el vaso pisco sours, chilcanos o mojaditos de maracumango.

La fritura es también sello de Kaypa y se luce en la croqueta limeña de pollo con meloso de ají amarillo, los chicharrones de calamar con chalaquita de piña picante o los patacones. Entrando en materia, los principales transcurren entre la ensalada andina refrescante, la causa limeña, el arroz meloso de mariscos al wok o el lomo saltado como el mejor final. Aunque para los dulceros, no habrá mejor final que el postre: torrija, chocolate quillabamba o piña-pisco-coco.

Godai

La escala en Japón se desarrolla en la terraza de la primera planta de las Suites del Lago, desde la que se ve la marina de Cala’n Bosch. Aquí trabaja Julián Mármol y su equipo -parte de él le acompaña desde Madrid-, quien puede presumir de tener una estrella Michelin en Yugo the Bunker, ubicado en la capital. Julián, apasionado de la cultura japonesa y autodidacta, se lanza al vacío (es lo que significa ‘godai’ en japonés) para regalar un despliegue de producto, frescura y fusión.

Menorca está en la materia prima de mar, claro, y en elaboraciones como la caldereta de langosta o la sobrasada de lubina. Así, el menú se va desvelando en un viaje perfecto donde un bocado te lleva a otro para ir superándose a cada paso: nigiri de akami con chipotle; de carabinero e ikura; de gamba roja y jugo de coral; de vieira con mantequilla de kizami wasabi y alcaparras fritas; y de ventresca de lubina son su sobrasada, para terminar la fase del sushi con el futomaki de langosta con caldereta de su coral.

Luego, el trío del recogimiento con la gyoza de bacalao con puerro, el buñuelo de gamba roja de Menorca y la gyoza de ternera Vedella Vermella menorquina. Lo que busca Julián con este recorrido es demostrar que a través del empleo de otros ingrediente en recetas tradicionales se pueden hacer cosas muy diferentes. Y para lograrlo se sirve de técnica y honestidad.

Aquarium Port Ciutadella

Para llegar aquí hace falta salir del resort, pero merecerá la pena. El destino es la ciudad portuaria de Ciutadella donde se puede comer mientras se observan los altos muros y los barcos se mecen al vaivén de la corriente. La parada es en uno de los clásicos de la ciudad y de la isla, el Aquarium. Aquí nos alejamos de la fusión para acercarnos a la tradición, y es que en este restaurante reciben una materia prima de altísima calidad que compran a la Cofradía de Menorca e incluso a la de Mallorca (dada la alta demanda) para luego elaborar arroces –reconocidos con La Espiga de Oro de Molino Roca–, pescados y mariscos fritos o a la brasa y, por supuesto, la famosísima caldereta de langosta que se prepara siguiendo la misma receta desde 1962.

Los arroces se elaboran con grano de la variedad ‘barón’, únicos en Menorca, y se cocinan junto con todo tipo de delicias: gamba roja, pulpo, sepia, rape, mejillones, carabineros, confit de pato o lubina. También se atreven con el pescado crudo, como es el caso del japo-taco de atún rojo con guacamole casero y shichimi tögarashi, que se alzó con el premio a Mejor Tapa de Atún Rojo de España 2023 y que es un entrante inmejorable junto con la croqueta de gamba roja.

Después de tal festín, nada como estirar las piernas con un paseo por Ciutadella para sentir el latir de la vida local -unos novios que salen de la iglesia bajo un manto de arroz, una chica que corre al encuentro de su novio o una señora que compra la ensaimada en su horno de confianza-.

Plan extra

No hay que olvidar que Menorca es el punto más oriental del territorio español, lo que significa que desde aquí se ve el primer amanecer y el primer atardecer. Así que, para presenciar uno de los atardeceres más espectaculares de la isla, hay que dirigirse hasta el faro de Artrutx, a 15 minutos andando desde el hotel. Junto a esta obra de 34 metros del arquitecto Emili Pou pintada con franjas azules y blancas, está Artrutx Sea Club, el lugar donde todos se encuentran, locales y turistas, para disfrutar de un entorno natural privilegiado. Un cóctel, un ocaso mediterráneo y que dé comienzo la noche.

2024-07-02T06:38:12Z dg43tfdfdgfd